martes, 20 de enero de 2009

COMIDA HOSPITALARIA

Hola blogeros:
Tengo que empezar diciendo adiós a Kuliali y a Mandala… Os echaremos de menos, pasarlo bien en esos lares de las “Brañas Cántabras”, espero que todavía estéis aquí para poder leer nuestra despedida. (con música) “Adiós con el corazón, que con el alma no puedo…” (Mi padre no se sabe más) Aunque también os tengo que decir que os alimentéis a ser posible de paloma a la cazuela, plato exquisito por esa zona, porque si no veo que me voy a quedar sin blogueros.

¿Qué pasa Li? ¿Cómo es que tu estas triste? Nunca te había oído decir que estabas triste. Espero que se te pase pronto, y que todo quede en nada y que empieces otra vez a estar tan animada, como nuestra queridísima Lulú. ¡Guapa, más que guapa! Sigue así, levantando el ánimo al personal con tus comentarios y apoyos. Alkimista, gracias por volver, echaba de menos tus agradables comentarios, tu ausencia está totalmente perdonada. Sigue en busca de la esperanza, y déjala que crezca todo lo que puedas.

A otra cosa. Por favor, dejad de pedirme que me ponga a buscar en el diccionario, que me dejáis como un ignorante, y no es así (estulto significa tonto, es una de las palabras favoritas de mi padre y ya aparece escrita en este blog, creo que por los principios). Tío Paco, querido tío, y yo que te veo como un lacazán y un poco maoso. Sin embargo Txa-txi más bien me parece un poco ñaño (sí ñaño, está bien escrito) y algo onagro. ¿? Pues eso, que los dos al diccionario. Y que sepáis que la foto de hoy os la dedico a los dos, por supuesto con todo el cariño. Que no es poco. Guapos más que guapos.




Hoy, voy a hacer caso a lo que el caballero de la rosa negra me dijo en privado, voy a “largar sobre algunas cosas de el “hospital”.

Bueno, como dije que haría, empezaré a largar un poco sobre la carta que envié al gerente. He de agradecerle, que nos haya puesto mesas y algún que otro canal nuevo, pero espero que él comprenda, que todo esto no es suficiente.


Hoy quiero hablar de un punto importante: la comida hospitalaria.

Esto es lo que escribí en su día en la carta:

“La comida es “asquerosa” para los pacientes. Cuando un paciente esta una semana en el hospital la comida puede no desagradarle, pero cuando se está un año aproximadamente y además recibiendo quimioterapia (que tiene un efecto “muy especial”, revuelve las tripas, dan ganas de devolver e intensifica el olor…), hace que el olor de la comida sea aún más desagradable”.

Siempre hablando desde mi experiencia, creo que este punto, junto con el descanso de los padres, son de los más importantes que escribí. Por eso quiero que se entienda bien.

Puedo entender que el hospital de Cruces es un megahospital. Puedo entender que cocinar para tanta gente que hay hospitalizada puede ser un verdadero lio y esto supone un gran esfuerzo. Puedo entender que cada uno tenemos unos gustos distintos y los menús son los que son. Pero…

A lo que yo me refiero es que se podían hacer algunos menús infantiles para toda pediatría y sobre todo para oncología, porque de verdad os digo que no hay quien se coma la comida que nos dan. Primero porque siempre es lo mismo, cuando llevas varios ingresos ya te sabes de memoria lo que toca cada día y segundo porque son menús aburridos, aburridos. Pero esto no es lo peor.

Lo peor son las bandejas en las que viene la comida, que tendrán que ser así, por higiene, pero es que no hay quien soporte el olor que tienen. Todo concentrado.

Quiero explicaros que la quimio ya de por si produce nauseas y vómitos y te quita las ganas de comer, pero también nos intensifica los olores y los sabores. Como decía alguna bloguera (y ahora no quiero poner su nombre) no os podéis ni imaginar lo que nos puede apetecer en ciertos momentos con la medicación. Desgraciadamente es así. Los padres suben y bajan a comprar los “caprichos” que en esos momentos nos apetecen, para luego igual no poderlos ni tragar. Y es que la quimio es mucha quimio y eso quienes hacen los menús deberían saberlo. A veces un poco de chocolate para merendar, o un trozo de la peor pizza, nos puede apetecer más que un plato de carne guisada, y no vamos a hablar del pescado… puag.

Volviendo a las bandejas solo os contaré que cuando entran por la puerta de la Unidad ya las olemos, aunque esté la puerta de la habitación cerrada y en consecuencia si estás con quimio lo siguiente son las arcadas y los vómitos.

Quizás penséis que estoy exagerando, o que soy un bicho raro, pero os puedo asegurar que a la mayoría de los chavales nos pasa esto. Cuando hay ingresos de algún chico nuevo (que al principio si se come) y te toca en la misma habitación, vas jodido. Porque a ver cómo le dices al colega que se vaya a comer a la punta del Serantes. Mascarilla y a aguantar y piensas ¡ya te tocará a ti!

A todo esto tienes que aguantar a tus padres, todo el p… día: ¿qué quieres para comer, que quieres para merendar, qué quieres para cenar…? A las enfermeras y auxiliares (guapas, más que guapas): ¿qué has comido hoy? ¿qué has cenado?... A las doctoras (también guapas, más que guapas, aunque un pelín menos) ¿qué tal ha comido Alejandro? ¡Hay que comer!

Pues eso, que comer y comida son dos palabras que en la zona de oncología no hacen más que tocarte los cojones.

Y desde aquí le mando una sugerencia al gerente, ya que tan preocupado está por los presupuestos del hospital, que en vez de mandarnos todos los días la hojita para que elijamos entre los mismos menús, pues que pregunte quien quiere comer hoy y quién no. Se ahorrara unos cuantos menús. Ya sé que igual no supone mucho, pero poquito a poquito y echándolo a una hucha quizás los niños que entren dentro de unos años en la planta se puedan lavar con agua caliente. ¡QUE MENOS JODER!

Y como veo que el tema "PADRES E HIJOS" os gusta...

Queda claro: quimio + comida = arcadas