martes, 23 de junio de 2009

TIO PACO. SUMA Y SIGUE


¡Cuidadin, cuidadin! ¿Esto qué es, una amenaza?

23 de Junio, noche de las hogueras de San Juan, pero yo nunca podré hablar de ellas en este blog. Y ¿sabéis por qué? Pues porque una tarde como la de hoy hace no sé cuantos años a mi tío Paco se le ocurrió nacer. Y a buen seguro que fue a la hora de la siesta. ¡Qué fenómeno! Así que nada hoy no puedo hablar de las hogueras y me temo que mañana tampoco, aunque este año me temo que me va a dar igual porque no creo que pueda ir, dudo que mi pierna aguante.

Si, si, también cocina...

Bueno vamos a hablar de este fenómeno que es mi tío. Qué os puedo contar, si seguro que muchos de vosotros podríais contarme más cosas de él de las que yo sé. Puede ser tan embaucador como sincero, tan apacible como nervioso, tan chiflado como sensato… y no es que tenga dos personalidades, no, es que él así y todo esto creo que lo ha demostrado en este blog. ¿O no? Yo le suelo llamar gordito en plan “potolito”, pesado en plan cariñoso y digo de él que es como las gallinas por lo pronto que se mete en la cama. A estas horas ya me llevará unas cuantas de ventaja. (Hoy escribo muy tarde, porque he estado dando una vuelta con Lulú y su adolescente).


Aquí con 9 añitos...

Últimamente me tiene un poco preocupado, ya no me llama siete veces al día para preguntarme como va esto ó aquello, sobre todo con el blog. Él tiene mucha culpa de que esto que estoy haciendo ahora mismo sea una realidad, porque desde el primer momento se implicó y ha sido capaz de darme la chapa a diario para ver cómo iba el blog, y cuando me veía un poco agobiado ahí estaba él para echarme una mano. Él es el culpable de que algunos de vosotros que escribís estéis ahí y de otros muchos que leen.

Esta, la de la naranja, ya la contaré... ya...

Tengo varias anécdotas con él, pero para que veáis lo liante que puede llegar a ser os voy a contar esta: cuando yo caí enfermo y me operaron de la pierna, como no podía salir de casa, un día se me presenta y me dice que ha estado en Madrid y que ha conocido un nigromante.¿? Bueno me contó una historia de la hostia, que si esto, que si aquello y al final me dejó un pedazo libraco de kilo y medio para que lo leyese, porque según el nigromante me iba a ayudar un montón en no sé qué. Pues me tragué el tocho como un bobo. En el siguiente viaje me trajo una baraja de echar las cartas (según el nigromante), en el siguiente otra cosa y siempre acompañada de una carta supuestamente escrita por el tipejo en cuestión. Así me tubo no se cuanto tiempo y yo todo creído -pues pregúntale esto, o pregúntale si tiene aquello, y ¿cómo viste? Y por dónde dices que suele estar… En un viaje que hice a Madrid con mis otros tíos y mi prima me recorrí tooooooodo el Parque del Retiro buscando al puto nigromante. Por supuesto no lo encontré. ¡Daria pocas vueltas! Ni me fijaba en todas las demás actuaciones y personajes que había. Yo solo buscaba al nigromante. Y nada. Cuando él volvía, allí estaba otra vez. Y ya se habían hecho tan amigos que hasta le preguntaba por mi. ¡Hay que tener cojones! Hasta que un día desapareció. Bueno, pues todo esto se resume en que hace poco me entero, de casualidad, de que toda esta historia se la había montado él en su cabeza. ¿Es ó no es como para dejarlo eunuco y sin harén?


Mi tío, es el de las izquierdas.

En fin querido tío Paco, que eres un fenómeno y por eso te quiero lo que te quiero. Por todo esto y por todas las horas de hospital que hemos compartido aguantándonos mutuamente.

Por cierto, hoy estás en Madrid ¿no? ¿por qué no buscas al nigromante y le dices que no me vendría mal un regalito de los suyos?

Que no sea jabón, que ese ya te lo he dado yo bien.

Que pases un buen día, y que todos te quieran todo lo que te mereces.


¡¡¡¡¡ZORIONAK!!!!!!

¡Y baja ya ese PAVO, que vas a estallar!