sábado, 18 de abril de 2009

AMA, SENTIMIENTOS Y UN POCO DE CINE, POR FAVOR

Hoy he estado hablando con mi madre un ratito y tengo que contaros que ya se encuentra bastante mejor, ya le han quitado todos los enchufes de gomas que te atan a la cama y que te impiden la movilidad. Ya le han quitado el aislamiento. Esto supongo que sabréis lo que es: cuando estás muy bajito de todo, hay que tener ciertas precauciones para no complicar más las cosas, entonces todo el que entra en la habitación tiene que ponerse mascarilla, guantes de latex y deberían ponerse una bata especial (que nadie se pone). Hay que tener mucho cuidado con no tocar nada sin limpiar las manos, (algo obligatorio) y de no hacer visitas con catarros o otras historias que aunque parezcan insignificantes pueden afectar gravemente al paciente que está bajo de defensas.

Pues a mi madre ya le han quitado el aislamiento. Eso es bueno, porque significa que sus defensas van subiendo poco a poco y a la vez encontrándose mejor. Vas recuperando fuerzas. Esto ya os digo que va sucediendo poco a poco, pero no os imagináis el alivio que es ir notando esa diferencia en el cuerpo. Ya no te sientes tan tirado. Te va apeteciendo hacer algo que no sea dormir. Ya puedes, leer (algo), ver la tele, incluso incorporarte en la cama y levantarte un poquito. Parece una bobada, pero esto es así. Cuando estás muy bajito hasta levantar un brazo supone un esfuerzo titánico. A veces, hablar ya supone un esfuerzo.

Lo peor de todo, es que más adelante estos síntomas terminan provocando aversión. La oscuridad, el cansancio, el malestar, el aire caldeado, la inactividad, el aburrimiento, las comidas poco apetecibles (que son todas ó la mayoría), los efectos del intestino (diarrea y estreñimiento) el sudor y esa sensación de estar sucio y pegajoso todo el día, (porque haber quien tiene cojones de darse una ducha cuando ni siquiera puedes hablar) y más, y más, y más sensaciones…
Todo esto te hace sentir febriculoso, aunque no tengas fiebre. Sientes esa vagancia repulsiva que te recuerda a la típica imagen de las películas en las que se ven a un tío gordo y sudoroso con una camiseta sucia y calzoncillos andrajosos que está tumbado en un sofá a oscuras, mientras ve la tele y come una bolsa de patatas que están desperdigadas por su cuerpo, por el sofá y por el suelo empapado de cerveza.

Así te llegas a sentir. Como este asqueroso tópico. Una sensación desagradable, muy desagradable. Así es la puta quimio.

Por este motivo intento convencer a mi madre (cuando está en casa) de que salga de su habitación y se “mueva” por la casa. Así por lo menos si está tumbada en el sofá con las ventanas abiertas le da la luz y el aire, y mantiene la mente distraída con la tele, con algún libro o algún otro entretenimiento. Con esto por lo menos te libras de la oscuridad, el aire cargado y la inactividad, que no es poco.

Yo al menos eso intento hacer en mi caso. Cantidad de veces, en pleno invierno y haciendo un frio del carajo, he pedido abrir las ventanas para que entre aire. Nadie me entiende, pero también, nadie se imagina la liberación que es para mí. Así es también la puta quimio, nos vuelve raros a los ojos de los demás.


Volviendo al tema inicial, mi madre, ha sido trasladada a otra habitación con otra compañera, esperemos que la anime (no sé quién animará a quién). Pasará allí el fin de semana y según le ha dicho el médico, el lunes si sigue con la misma evolución nos la mandarán para casa. ¡La jodimos tía Paka!


Para rematar esta entrada, y ya sé que no tiene nada que ver, os cuento que esta mañana cuando he leído el comentario de mi tío Paco y he visto el video que le dedica a Moncayo de Fred Astaire ( que yo no lo conocía) he recordado que esa escena yo la había visto en otra película: El jovencito Frankestein. Película que me parece genial y que he visto cantidad de veces.


Os propongo, para que no os derritáis con lo que os he contado, que habléis sobre vuestras pelis y las escenas que más os gustan. (Lulú, te lo he puesto a huevo).

Tenéis dos días para contar, porque no sé por qué mi padre me ha dicho que mañana no hay entrada. ¿?

MIKEL , que ilusión que hayas nacido, casi, en este blog. Un beso… tiernecito.