El Día 26 de Julio, moría en Sevilla M.C.R.B., (mujer de 61 años) a raíz de un accidente de tráfico y ante su firma expresa de voluntades anticipadas para que no se le hiciera ninguna transfusión de sangre.
Como ya es conocido, las transfusiones se vienen realizando en medicina desde el s XVII, con infinidad de incidencias y muertes a lo largo de estos años pero que debido a los controles cada vez más exhaustivos se va reduciendo esa parcela negativa y aumentan las personas que sobreviven a partir de este método. Se dice que en 1492 el Papa Inocencio VII cayó en coma, por lo que se requirió de la sangre de tres niños para administrársela a través de la boca (ya que entonces no se conocía la circulación sanguínea) a sugerencia del médico. A los niños de 10 años se les prometió pagarles con sendos ducados de oro y, sin embargo, tanto el Papa como los niños murieron.
El método de conservación de sangre humana para su uso diferido en transfusiones, mediante la adición de citrato de sodio, fue desarrollado por el médico argentino Luis Agote en 1914.
El 3 de Junio de 2000, muere en Nicaragua la Sra. Mayra, también Testigo de Jehová por las mismas razones que la sevillana. Ante falsas informaciones vertidas, el doctor que atendió a aquella paciente decía que: ”Es mentira lo que dicen, no tienen razón porque incluso esta paciente la manejamos con líquidos que supuestamente ellos recomiendan como eritropoyetina(fármaco que estimula la producción de glóbulos rojos), y otras y definitivamente la única manera de salvarla era la transfusión de sangre”.
Esta prohibición de los Testigos está basada en una interpretación errónea de la naturaleza:”Pero carne con su vida, que es sangre no comeréis”(Génesis 9-4).Según los semitas ,sólo tendrían vida los seres con sangre y los hongos, bacterias, protozoos y plantas no, sin tener en cuenta la cantidad de seres vivos existentes. Esta prohibición irracional pone en peligro la vida humana. Según ellos, este tratamiento médico es pecado, ya que si en la Biblia se prohíbe consumir sangre, realizar una transfusión es equivalente a consumirla:”Estatuto perpetuo será por vuestras edades donde quiera que habitéis, que ninguna grosura ni sangre comeréis”(Levítico 3:17).Estas últimas reflexiones son no son originarias de los comienzos de este grupo sino de Natan Knorr, por lo tanto es más una ordenanza dogmática basada en una interpretación imaginaria que una afirmación científica.
Son muchas las personas que se salvan mediante el servicio de donación de sangre que pretende cubrir las necesidades de transfusión que necesitan las personas enfermas, es por lo que existen los Bancos de Sangre, que controlan, con pruebas minuciosas la detección de anticuerpos irregulares, serología infecciosa, medición del nivel de transaminasas y la prueba del NAT.
Ángel.
Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová.
lunes, 27 de julio de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)