jueves, 4 de junio de 2009

BESAR Y... REIR

Hoy me he dedicado a buscar cosas en internet, para distraerme, ya se sabe, de alguna manera tengo que combatir tantas horas en casa. Asique he usado el corta y pega y os dejo estas dos anécdotas que me han parecido divertidas.
Espero que os gusten.

Y el video. Un clásico.

Si os arranco una sonrisa, pues ya vale. Reir es tan importante como besar.



Confusión por ignorancia. Anécdota primera.

En cierta ocasión, una familia inglesa pasaba unas vacaciones en Escocia, y en uno de sus paseos, observaron una casita de campo que de inmediato les pareció cautivadora para su próximo verano. Indagaron quién era su dueño. Resultó ser un pastor protestante, al que se dirigieron para que les mostrase la finca. El propietario se la mostró. Tanto por su comodidad como por su situación, fue del agrado de la familia, que comprometió a alquilarla el próximo verano. De regreso a Londres, repasaron detalle por detalle cada habitación y de pronto la esposa recordó no haber visto el W.C., y dado lo prácticos que son los ingleses, decidió escribir al pastor, preguntándole por ello en los siguientes términos.

"Estimado Pastor, soy miembro de la familia que hace unos días visitó su finca con deseos de alquilarla en nuestras próximas vacaciones y dado que omitimos enterarnos de un detalle, quiero que nos indique más o menos dónde queda el W.C."

Finalizó la carta como es de rigor, y se la envió al pastor. Al recibirla éste, resultó que desconocía la abreviatura W.C., y creyó que se trataba de una capilla de su religión que se llama Well Chapel.

Contestó a la señora de la siguiente forma:

"Estimada señora: Tengo el agrado de indicarle que el lugar al que Vd. se refiere queda sólo a 12 Km. de la casa, lo cual es molesto, sobre todo si se tiene que ir con frecuencia, pero algunas personas llevan la comida y permanecen allí todo el día, algunos viajan a pie y otros en tranvías, y de ordinario llegan en el momento preciso.


Hay lugar para 400 personas sentadas y 100 de pie. Los asientos están forrados de terciopelo púrpura y hay aire acondicionado para evitar sofocaciones.

Se recomienda llegar temprano para tener sitio, mi mujer, por no hacerlo así, hace ya 10 años, tuvo que soportar todo el acto de pie: desde entonces no usa este servicio. Los niños se sientan juntos y cantan a coro. A la entrada se les da un papel a cada uno, las personas a las que no alcanza la repartición pueden utilizar el del compañero de asiento, pero al salir deben devolverlo para continuar usándolo todo el mes.

Todo lo que dejan depositado allí será para dar de comer a los pobres del hospicio.

Hay fotógrafos especiales que toman instantáneas en diversas posiciones, las cuales son publicadas en el periódico de la ciudad, concretamente en la sección VIDA SOCIAL. Así el público podrá reconocer a las altas personalidades en actos tan humanos como éste".

Así terminó la carta.
Los ingleses, al recibirla, estuvieron a punto de desmayarse y, a pesar de todo su empeño, decidieron cambiar de lugar de veraneo.




Una historia curiosa. Anécdota segunda.

Cuando el astronauta del Apolo Neil Armstrong pisó por primera vez la luna, no sólo dijo su famosa frase, "Un pequeño paso para el hombre, un enorme salto para la humanidad", sino que después hizo varios comentarios, los usuales de comunicación entre él, los otros astronautas y el centro de control. Sin embargo, justo al volver a la cápsula dijo algo enigmático:

- Buena suerte, señor Gorsky.

Mucha gente de la NASA pensó que sería un comentario casual acerca de algún cosmonauta soviético rival. Sin embargo, tras comprobarlo, no se encontró ningun Gorsky en ningún programa espacial, ni ruso ni norteamericano. A lo largo de los años, mucha gente interrogó a Armstrong acerca del significado de su comentario "Buena suerte, señor Gorsky", pero Armstrong se limitaba a sonreír siempre, sin decir nada.

Pero hace algunos años (el 5 de julio de 1995 en Tampa Bay, Florida), mientras respondía preguntas tras un discurso, un periodista sacó a relucir la famosa pregunta de 26 años de antigüedad. Esta vez por fin respondió. Mr. Gorsky había muerto, por lo que Neil Armstrong sentía que podía dar solución a la pregunta.

Cuando era un niño, estaba jugando al beisbol en el patio trasero con un amigo. Éste golpeo una bola con fuerza y la hizo aterrizar enfrente de la ventana del dormitorio de sus vecinos. Éstos eran el señor y la señora Gorsky.

Cuando Neil se inclinaba a recoger la pelota, oyó a la señora Gorsky gritándole al señor Gorsky:

- ¡¿Sexo oral?! ¡¿Quieres sexo oral?! ¡Tendrás sexo oral cuando el chico del vecino se pasee por la luna!

Es una historia verdadera.




SIETE BESOS MAS PARA TODOS. JA, JA, JA, JAUA, JUA...