jueves, 22 de enero de 2009

"COÑO... MI MADRE"



Mi madre no quiere fotos (de momento). Asique esta canción es para ella.


Hola a todos, siento no haber podido escribir ayer, pero estoy escribiendo una cosilla y es un pelín larga (creo que ya voy una quinta parte).

Bien, hoy quiero hablar de mi madre, hoy ella ha recibido su primera sesión de quimio. Ella es una mujer muy fuerte, pero algo así nos viene grande a cualquiera, y nos produce cierto miedo, que con el tiempo, o lo superas o te acostumbras. Espero que mi madre, al igual que yo lo pueda superar y que no le produzca miedos.

En cierto modo, me siento un pelín culpable. Muchas veces, cuando yo estaba con los efectos de la quimio, y mis padres, por ejemplo, se comían un bocadillo de jamón o una ensalada de cebolla (no os podéis imaginar lo que pueden llegar a oler), y yo les decía que apestaba el olor, y que no comiesen eso en la misma habitación que yo, ellos protestaban, y yo terminaba diciendo que ojala supieran que era lo que yo sentía. Claro, que yo solo quería que ellos entendieran lo que sentía, no que lo tuvieran que pasar.

Bueno, como hoy la protagonista de mi entrada, es mi madre, y además muchos queréis que hable, pues que hable y nos cuente lo que piensa y se le pasa por la cabeza.


Bueno está bien hablaré, hablaré pero poco y solo por esta vez y sin que sirva de precedente.
Que contaros del día de hoy, nada me es ajeno, otra sala de espera, otro médico, una sala de tratamiento grande espaciosa, luminosa y con todas las necesidades cubiertas al menos esa es mi primera impresión y por supuesto siempre comparándolo con lo que conozco también, Oncología Infantil.


Las esperas son las mismas que en la sexta planta, pero con una sala de espera en condiciones, con sillas para descansar, con baños donde no tienes que pegar la nariz en la puerta mientras meas.


La consulta es amplia sin sensación de agobio, el médico agradable sin prisas en las explicaciones, aunque como ya estas acostumbrada, la prisa la marcas tú.
La zona de tratamiento es un lujo frente a lo que conozco, lo único que nos faltaba a todos los que estábamos allí es entretenimiento, risas, charlas, etc… la gente estamos muy metida mientras nos está entrando la droga.


El personal agradable y en algún caso conocido, de algo tiene que servir los tres años y medio que llevamos pululando por el hospital. No sé cualquier día Osakidetza con los recortes que esta haciendo, nos reclama pasta porque nos hemos pasado en el presupuesto que tienen destinado por familia.

Y el momento de la quimio pues como ya os he comentado alguno/a solo faltaba que me la metieran en mi vena y experimentar las respuestas de mi cuerpo. La primera parte no me ha hecho sentir nada especial, he dejado mi brazo a la ATS y ella ha hecho su trabajo y cuando ha acabado me ha devuelto el brazo. Para bien o para mal esa ha sido mi experiencia. No he pensado en lo que me estaban metiendo ni en lo que significa estar allí, pero como comprenderéis teniendo un héroe de carne y hueso con el que convivo y he compartido todos sus ciclos de quimio y sus experiencias en esta carrera de fondo nada me es ajeno, todo me es tan familiar que no siento la necesidad de hacerme preguntas y tampoco de obtener respuestas. Debe ser un acto de protección frente a todo esto. En cuanto a la segunda parte estoy en ello, el estomago empieza a rechazar la toxicidad.

Bueno y como he dicho al principio “hablaré, pero poco”, y creo que ya he largado mucho. Solo decir que el único protagonista de todo esto es Alejandro y que él es el espejo donde puedo mirarme para llevar esto a adelante. Que no hay nadie tan fuerte como él y que si lo hay no lo conozco, que yo sé por todo lo que ha pasado y esta pasando y siempre lo ha hecho con una valentía que a mí me deja pasmada, que esto no es pasión de madre, que es la realidad que vivo día a día con mi hijo y con otros niños oncológicos.


Besos, besos, besos y besos para todos, todos, todos y todos.