miércoles, 15 de julio de 2009

PARA RYAN


La noticia de Ryan no deja de sorprenderme, la escucho una y otra vez en la tele y cada vez me indigna más. La muerte de un niño, en este caso un bebe, por un error de una enfermera.

Así no lo están vendiendo y no es así. La noticia tendría que ser: “La muerte de un bebe por capricho de uno o varios (o vete tú a saber cuántos) hijos de puta que dirigen nuestra sanidad”.

Recordareis la famosa carta que en su día mandé al gerente del hospital de Cruces y a la que ya he hecho referencia en el blog varias veces, pues bien en el punto sexto yo le pedía algo que bien pudiera estar relacionado con este caso. La rotación de enfermería.

Es indignante que en sitios donde se trabaja con niños en un hospital y donde las situaciones y las medicaciones pueden ser peligrosas estén cambiando de enfermeras cada dos por tres. Supongo que es importante en todas las áreas de un hospital, pero yo me voy a centrar en lo que a Oncología Infantil se refiere, que es lo que conozco. En los casi cuatro años que llevo yendo y viniendo al hospital no sé cuantas enfermeras y auxiliares he conocido. De las primeras que conocí cuando ingresé por primera vez apenas quedan cuatro, las que tienen plaza fija. Las demás todas han ido rotando por el hospital. Hoy están aquí y mañana en otro lugar. Esa es la política que se practica con el fin de que todas sepan cómo se trabaja en todas las áreas del hospital, y esto puede ser muy bueno, pero depende en que zonas y en qué momento pueden ocurrir cosas como la noticia de hoy. No voy a relatar ahora los fallos que yo he visto, incluyendo alguno que me ha tocado sufrir, pero estoy seguro que muchos se podían haber evitado con un personal especializado y fijo.

Quiero dejar bien claro que todas las enfermeras y auxiliares que he tenido han sido maravillosas y con todas he tenido buen rollo en el hospital y que para mi siguen siendo mis chicas a las que quiero y adoro. Con ellas he reído y me lo he pasado genial y hasta en los peores momentos han estado apoyándome y ayudándome, a mí y a todos los que pasamos por esa planta. Pero también las he visto llorar cuando han tenido que marchase porque su contrato allí se había acabado y eso me entristecía mucho. Sabía que me las volvería a encontrar por los pasillos, pero ya no sería lo mismo.

Para mí, volviendo a Ryan, la culpa no es de la enfermera que llevaba un día trabajando en ese lugar, para mí la culpa es de quien permite que una enfermera nueva se quede atendiendo a un bebé sola. Para mí la culpa la tienen los de siempre, los que mandan, los que gestionan, los carguitos de turno, los impresentables que ganan dinero a consta de tocar los cojones a los demás. Estos ahora salen y dicen que la culpa es del hospital y que se harán investigaciones, que asumen todo, pero eso a ellos no les importa porque pagaremos entre todos y el año que viene estarán todos en sus mismos sillones gestionando igual de mal, pero con los huevos bien acomodados. Me dan asco verlos en la tele con sus caras de "tristeza" echándose la culpa unos a otros. Como dice mi padre, para ellos es un número más para la estadística de lo absurdo.


En esta historia, como en casi todas las parecidas, los que pierden son los mismos: Ryan, su padre, su familia y la enfermera, sobre la que caerá toda la culpa sin comerlo ni beberlo y la que seguramente se quedará sin trabajo y con un trauma de por vida.