sábado, 29 de agosto de 2009

EL CIPOTEGATO DE MONCAYO




El otro día llamó MONCAYO a casa. Sí, ese “puto marinero raso” (como dice él) preguntando por mi madre. ¡Claro, como está encargado de atender a las mujeres…! Y nada preguntando qué tal te encuentras, que si esto, que si aquello… y le cuenta a mi madre que se van a Tarazona a pasar las fiestas y que no nos perdamos en la tele que sale un reportaje en las noticias de Antena 3 sobre un personaje de su pueblo, el CIPOTEGATO. ¿Quién? – EL CIPOTEGATO, ¿no habéis oído hablar de él? – Pues no.

Le cuenta la historia. Es un personaje que sale disfrazado de arlequín (o algo así) al que la gente le va tirando tomates durante un recorrido que tiene que hacer y le ponen guapo, pero guapo, guapo. Al final del recorrido se sube en un monumento que le hicieron en la Plaza Mayor y así comienzan las fiestas. (Esto es de mi cosecha, que me leído unas cuantas páginas de internet para saber algo más).

Pero entre lo que le cuenta MONCAYO a mi madre, le dice que parece ser que la tradición viene de antiguo (claro) cuando en el pueblo soltaban a un preso en la plaza y la gente le tiraba piedras corriendo detrás de él y que con el tiempo las piedras han sido sustituidas por tomates. Pues menos mal, porque el otro día a las tres de la tarde estuvimos viendo las noticias y efectivamente, salió el CIPOTEGATO, pero no os podéis imaginar la cantidad de gente que había tirando tomates. Lo primero que se me pasó por la cabeza es imaginarme la misma situación pero sustituyendo tomates por piedras. No puede ser. Si sueltan a un preso, con el fin de poder quedar libre si aguanta todo ese chaparrón de piedras-tomates ¡vaya gracia! mejor quedarse entre rejas toda la vida. ¡Menuda experiencia! Salir vivo de ahí es imposible y que te suelten para eso, una putada.

Yo he llegado a dos conclusiones bien meditadas. Una, la leyenda tiene que estar equivocada y en vez de soltar un preso lo que soltaban era un loco, pero loco de cojones. Y dos, Tarazona tenía que ser el pueblo donde menos se delinquía de todo el país. A ver quien tenía huevos de robarle una gallina al vecino.

De todas formas, parece ser que esto es una leyenda, aunque vete tu a saber, que como dice mi padre “de un maño se puede esperar cualquier cosa”. Y para el quiera más información sobre el CIPOTEGATO que lea, que lea…
¿Será la burra de MONCAYO?

Lo que me tiene impresionado de verdad es la cantidad de tomates que se producen en este país, porque hay que ver la de fiestas que he visto en la tele de pueblos que es típico lanzar tomates. Menos mal que en Villaconejos no hay estas tradiciones (información paterna).