El Capitán me ha ENCARGADO, lo que haré con la mejor de las intenciones,que mientras él se recupera en el Hotel-Hospital de Cruces, en la mejor de las "suites" de oncología pedríática, traslade a la tripulación del AXEL la necesidad de que cada uno continue en su puesto para que la singladura prosiga según la ruta trazada.Así pués, todos y cada uno de los piratas, bucaneros y marinería en general, desde el grumete al oficial mayor, deberán continuar cada cual con las responsabilidades que les fueron encomendadas en su momento.De hecho, de tal encomienda no queda exento ni el polizón que, según el Capitán, sabe que se esconde en la bodega del barco.Porque, ¿qué sería de un barco sin polizón?
El Capitán me ha ENCOMENDADO que os informe que sigue vuestra singladura desde el cuarto del hotel-hospital (recordad la batalla que abanderó para conseguir el acceso a internet) ya que os lee a diario, si bien no puede comunicarse directamente con vosotros porque, en un acto de venganza de la gerencia, está vetada esa posibilidad.
El Capitán ORDENA que el barco continue siendo, hasta nueva orden, un espacio abierto de comunicación de todos con todos, de todas con todas y de unos con otros ( sin amontonarse, eso sí, que luego pasa lo que pasa y el clero se pone como se pone).Que os contéis cuanto os acontece, os inquieta, os duele, os preocupa, os exalta u os enaltece, porque el Capitán necesita seguir sabiendo de todos y cada uno de vosotros, de vuestras historias, de vuestras alegrias y de vuestros temores.Porque, ¿que sería, dice él, de un Capitán sin el calor de sus marineros?
El Capitán me ha ENCOMENDADO que os informe que sigue vuestra singladura desde el cuarto del hotel-hospital (recordad la batalla que abanderó para conseguir el acceso a internet) ya que os lee a diario, si bien no puede comunicarse directamente con vosotros porque, en un acto de venganza de la gerencia, está vetada esa posibilidad.
El Capitán ORDENA que el barco continue siendo, hasta nueva orden, un espacio abierto de comunicación de todos con todos, de todas con todas y de unos con otros ( sin amontonarse, eso sí, que luego pasa lo que pasa y el clero se pone como se pone).Que os contéis cuanto os acontece, os inquieta, os duele, os preocupa, os exalta u os enaltece, porque el Capitán necesita seguir sabiendo de todos y cada uno de vosotros, de vuestras historias, de vuestras alegrias y de vuestros temores.Porque, ¿que sería, dice él, de un Capitán sin el calor de sus marineros?
