Ya sé que os he hablado mucho de ellos, y os he puesto bastantes videos, pero permitirme un día más. Aunque os aseguro que no será el último.
El viernes, cuando me levanté de la cama, mientras todavía me desperezaba con sueño ( ya sabéis que me levanto el primero de mi habitación, pero el ultimo de la casa), me viene mi madre con un paquete en la mano y me dice que ha llegado para mí, por correo. En cuanto lo abro, sé lo que es.
Parece ser, por lo que me cuenta mi padre, que cuando le atienden por teléfono, un tal Carlos, y le cuenta mi interés y cariño por ellos, este le dice que no hay ningún problema, que cuente con ello, que él se encarga.
Hacía ya un tiempo, como ya conté en este blog, le envié una carta a Buenafuente y a Berto para pedirles una dedicatoria. Como es lógico, supongo, mi mensaje quedó apartado junto con otro montón de mensajes de otros admiradores. Entiendo que todos los días tendrán que firmar bastantes autógrafos. Así que la esperanza de que me llegara la dedicatoria, no era demasiado grande.
Pero por lo visto, mi padre y un amigo nuestro llamado Juan Carlos R. (algunos igual lo conocéis, ya que lee el Blog, aunque no escribe demasiado ¿?) tenían un as escondido en la manga.
La verdad es que esta mañana, mi padre me ha contado lo que hicieron. Aunque no estoy seguro hasta que punto sabía mi padre del plan. Se lo que hizo mi amigo Juan Carlos. Fue a San Mames (él es un forofo del Athletic) y allí se relacionó con unos reporteros de La Sexta de deportes (a los que no se si conocía), que le facilitaron el número de teléfono de alguien que le pondría en contacto con Buenafuente y Berto.
La verdad es que esta mañana, mi padre me ha contado lo que hicieron. Aunque no estoy seguro hasta que punto sabía mi padre del plan. Se lo que hizo mi amigo Juan Carlos. Fue a San Mames (él es un forofo del Athletic) y allí se relacionó con unos reporteros de La Sexta de deportes (a los que no se si conocía), que le facilitaron el número de teléfono de alguien que le pondría en contacto con Buenafuente y Berto.
Parece ser, por lo que me cuenta mi padre, que cuando le atienden por teléfono, un tal Carlos, y le cuenta mi interés y cariño por ellos, este le dice que no hay ningún problema, que cuente con ello, que él se encarga.
Así que poco después, Buenafuente y Berto me hacen una dedicatoria que me llaga el viernes.
Podéis imaginaros la alegría que me dio en ese momento. Las dedicatorias de dos de mis mayores ídolos (junto con algún otro como Francisco Ibañez, del que tengo hasta tres dedicatorias algunas conseguidas por mis amigos para mi). Que grandes son ¡la hostia!
Así que, gracias a Buenafuente, a Berto, a mi padre y sobre todo, a Juancar, que removió a toda Roma solo por la ilusión que tenia y por alegrarme el día y sobre todo por ayudarme a conseguir este pequeño tesoro que guardaré con inmenso cariño.
Y gracias también para el Carlos catalán, porque fue el eslabón más importante en la cadena.
Para Buenafuente y Berto es un autógrafo más, una dedicatoria más. Para mí es una ilusión hecha realidad. Ahora les seguiré viendo todos los días y me fijaré en sus manos, manos que por un par de minutos, al igual que ellos, me los dedicaron a mí.
Aunque no me conozcan.
Gracias monstruos (de la escena y el humor inteligente, dejemoslo claro).
