sábado, 15 de agosto de 2009

"A MIS AMIGOS"

Hoy Pedro le ha dicho a Alejandro: “Alejandro vamos a preparar la entrada de mañana”. Y Alejandro me ha mirado fijamente y me ha dicho: “Ama, hoy te toca a ti. La debes”.

Y es cierto, la debo. Y os la debo a vosotros. A todos. A los que habéis ido a visitarme y acompañarme en el hospital, a los que me habéis llamado por teléfono, a los que habéis llamado a casa, a los que habéis escrito en el blog (algunos sin conocerme), a los que leéis pero no os atrevéis a escribir (porque sé que estáis ahí). A TODOS. A TODOS.

A todos os doy las gracias por vuestro apoyo y vuestra compañía. Me he dado cuenta que en momentos difíciles estoy muy bien rodeada de cariño y amistad. Que nos queréis con el corazón, sin hipocresía. GRACIAS.

Nunca me imaginé hace unos meses cuando Alejandro empezó esta aventura del blog que se iba a derrochar tanta amistad entre sus letras, tanto compromiso, tanta hermandad y apego, y quiero que sepáis que aunque no escribo (porque me cuesta mucho) todos los días os dedico un tiempo para leeros, para sentiros, para reírme con vosotros. Gracias por vuestro apoyo, por vuestra música, por vuestras palabras, por todo…


No quiero escribir nombres, me da miedo dejarme a alguien en el tintero, pero si quiero dejaros una frase de Facundo Cabrales: “La puerta de mi casa la puse para ABRIRLA A MIS AMIGOS, no para cerrarla a mis enemigos”.

Yo también quiero regalaros una canción. Hay cantidad de ellas sobe la amistad, pero me quedo con esta de Alberto Cortez, de la que no pongo ni quito una coma. Por su sentimiento.

Para TODOS vosotros, OS QUIERO.

"A mis amigos les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida, paso a paso.

A mis amigos les adeudo la paciencia
de tolerarme las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas.

Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.

A mis amigos les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías.

A mis amigos legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
mi pobre alma incorregible de cigarra.

Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.

Amigo mío si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los amigos en el alma.”

Alberto Cortez.





Pilar.