miércoles, 8 de julio de 2009

ZORIONAK ÁNGEL




¡¡ Hoy toca cumple !!



¡¡ ZORIONAK ZURI, ZORIONAK ZURI,


ZORIONAK ÁNGEL, ZORIONAK BETI !!




¡Eres un gran tipo!


A Ángel lo conocí a raíz de mi enfermedad y por “culpa” de mi psicólogo Jon Keltza. Ahora se, con el paso del tiempo, que Jon un día debió decirle que había un chaval en el hospital con el mismo caso que su hijo y que le gustaría que me conociese y que conociese a mi familia. Claro, supongo que Jon sabia de sobra a quien se lo pedía.

Ángel es un tío comprometido, porque creo que es muy difícil volver a implicarse en una enfermedad tan dura, sobre todo cuando la ha vivido con su hijo. Y sin embargo ahí está, siempre dispuesto a lo que sea. Siempre tiene tiempo para los demás.

Ya van para cuatro años que te conozco a ti y a tu familia y la verdad es que os he cogido un cariño especial. Recuerdo las primeras veces que nos vimos, tomando un café con mis padres o cuando nos veíamos en el hospital. Recuerdo una noche que estaba Zigor ingresado en la otra punta del hospital y vinisteis a verme. Me lo pasé genial con vosotros, nos saltamos todos los horarios de visitas y no me acuerdo que hora nos dieron charlando. Genial.

Me encanta cuando hemos salido a pasear a Lego (que por cierto, últimamente no se le oye) y vas contando tus historias, que a veces no sé si son verdad o me estás tomando el pelo ¿? Recuerdo también aquel fin de semana que pasamos en Markina, que aunque no nos hizo muy bueno creo que lo disfrutamos a tope y eso que yo no me encontraba en los mejores momentos.

Ahora me estás enseñando a pirograbar y me estás metiendo ese gusanillo que se siente cuando algo empieza a gustarte. Gracias.

Bueno, pues eso, que quiero desearte un día de lo mejor y quiero que compartas todo lo que te he dicho con esa familia que tienes a la que admiro y quiero igualmente. A Tere, Zigor, Ainize , Cris y Leguito que tan buenos momentos me habéis dado en vuestra casa, en la mía, tomando café, en aquel inolvidable paseo en barco, paseando a Lego, en Markina, en el Museo…

Y por último quiero confesarte dos cosas:

Una, eres el amigo más mayor (que no viejo) que tengo y eres un privilegio.

Y dos, no sabes lo difícil que fue el día de la quedada del Urruti, el colocarte debajo del toldo, para sacar la foto sin que te dieras cuenta de que era para tu cumple.