jueves, 28 de mayo de 2009

CUATRO MESES



Hoy ha hecho cuatro meses que mi abuelo se fue. Lo sigo echando de menos pero como ya dije en su día, él sigue estando conmigo y en mis recuerdos. En cada momento.

En mi mano llevo su anillo que cada día acaricio como él lo hacía conmigo cuando estaba a mi lado. Bastaba que le dijese –abuelo hazme cosquillas, para que se estuviera un buen rato acariciándome la espalda mientras me contaba alguna de sus historias o simplemente aguantaba unas de mis interminables luchas en la play. Le daba igual el tiempo que fuera, él siempre tenía todo el suficiente para dedicárnoslo a mí o a mi prima.

Recuerdo aquel verano en el pueblo de Salamanca donde mi tío Juanma nos dejó-regaló un conejo a mi prima y otro a mí. Recuerdo la complicidad que mi abuelo tenia con nosotros para cuidar a los animales. Todas las mañanas cuando nos levantábamos él ya nos había cortado hierbas frescas para que les diéramos de comer a los conejos. Para nosotros era, quizás un simple juego pero para él era algo más, teníamos que cuidarles.
A mí siempre me han encantado los animales y cuidarles, pero él nos enseñaba como teníamos que tratarlos. Nos enseñaba cómo, cuándo y qué tenían que comer, la necesidad de agua y sobre todo la limpieza (que siempre le tocaba a él).

Que divertido fue aquel verano. Primero Cádiz y luego la “aventura” de los conejos.

Gracias abuelo por tu colaboración en días felices.
Te quiero.