sábado, 25 de julio de 2009

SEIS HORAS, ARRIBA O ABAJO...



Hoy he tenido el día un poco espeso, me están ajustando el sueño con pastillitas y me he pasado todo el día dormido. Y ahora a última hora es cuando me encuentro más despejado. Total, que me pongo a leer el blog de mi primo y me han surgido más dudas que elegir entre un estreñimiento y una diarrea. Así que les he mandado este mensaje:

“Vaya lio que me traigo con el horario. Con el vuestro, se entiende. Son seis horas de diferencia, sí, pero como sé a qué hora os viene bien que os llame, y que me venga a mi también, porque vamos a ver, si os llamo a las 11 de la mañana de aquí (de allí para vosotros) pues allí (aquí para vosotros) son las 5 de la tarde y yo no sé si estaréis con la siestecilla, sobre todo Une, y os puedo despertar. Entonces para no correr riesgos dejo pasar dos horitas (de aquí, o de allí, da igual, porque me imagino que serán de sesenta minutos ¿no?), pero me encuentro que es la una de aquí (de allí para vosotros) y las 7 de la tarde de allí (de aquí para vosotros) y entonces me doy cuenta, por lo que contáis, que podéis estar empezando a cenar, y no quiero joderos la jamada, que ya me imagino, suelta los palillos… busca el móvil…aquí no está… quien será ahora…

No, no, no me apetece, espero un poco más. Un par de horitas más para que os dé tiempo de sobra. Entonces son las tres de aquí (de allí para vosotros) y resulta que el que tiene que comer ahora soy yo, y claro si os llamo y se tienen que poner todos los que estamos en casa para deciros “ hola”, pues acabamos comiendo a las cuatro, de aquí (de allí, para vosotros) y no es plan comer tan tarde, además a vosotros se os puede cortar la digestión de la cena ó tener pesadillas por la noche.

La opción que me queda es llamaros por la noche (de aquí, claro, allí para vosotros). A las doce de la noche de aquí (de allí para vosotros) serian las seis de la mañana de allí (de aquí para vosotros) y también me jode tener que ser vuestro despertador, con la rabia que da. No tampoco es buena hora. O sea que buena hora creo que sería a partir de las tres de la mañana de aquí (de allí para vosotros) y tampoco me parece que sea bueno interrumpir mi sueño con lo frágil que lo tengo.


Vamos que estoy hecho un lio. Creo que lo que voy a hacer ahora mismo es llamaros para que me digáis a qué hora os viene bien que os llame, y así salimos de dudas.


Por cierto, tengo otra duda. ¿Ahora qué sois, seis horas más viejos? Pues no lo entiendo. Porque vamos a ver, si dos niños (o niñas, que da igual, o niño y niña o viceversa…) si nacen en el mismo momento, uno aquí (allí para vosotros) en Getxo y el otro nace allí (aquí para vosotros) en Yangshuo, ¿qué pasa que ya el niño chino, por ser chino es seis horas mayor? ¿Y si son del mismo padre (que podría ser) el chinito es el primogénito?


Mirar, yo todo esto lo veo un poco raro.

Claro que por otro lado, si esto es así ¿sabéis cual es la diferencia entre un chino y un bilbaíno? Pues está claro, que el bilbaíno acabaría la Muralla China seis horas antes. No te jode, ¿pasa pues?

Y es más, mañana voy a ir a un “chino” a comprar un reloj y si tiene la hora de aquí (de allí para vosotros) le voy a decir al de turno que ese reloj va mal. Y que me lo explique. Y si no ya se lo explico yo.”