viernes, 3 de julio de 2009

PIROGRABANDO





Hoy ha sido un día completo. No he salido de casa pero me lo he pasado bien.

Por la mañana me he levantado pronto, después de una noche como todas las últimas, casi sin pegar ojo y despertándome de vez en cuando. Cuando me he cansado de despertarme y dormirme, me he levantado. A media mañana he llamado a Ángel y le preguntado si podía venir con el pirograbador. Ya sabéis que me está enseñando.

Es un poco difícil. La primera sensación cuando coges el aparato es extraña. Yo estoy acostumbrado al lápiz para dibujar y esto no tiene nada que ver. Primero el calor que sientes en tu mano y luego la sensación de que no puedes hacer todo el trazo seguido. Claro, esto me pasa porque todavía no le he cogido el tranquillo. Las líneas rectas todavía se hacen bien, pero a la hora de hacer las curvas la cosa se complica y no me sale ni una medio bien. Aun así pongo todo el interés. Cuando dibujas a lápiz, el papel está quieto, no hace falta moverlo, es la mano la que busca el recorrido en el papel. Pirograbando no. Hay que ir moviendo la madera (y me imagino que con el papel igual) para que la punta se desplace hacia donde tú quieres. Esto me cuesta un poco hacerlo y muy a menudo se me olvida.

Ángel tiene un montón de paciencia y cada momento se le oye: - ¡PARA! Yo paro, él me corrige, yo sigo y al momento - ¡PARA! Corrige… y así un montón de veces ¡PARA! ¡PARA! ¡PARA! Corrigiendo y explicando mientras me cuanta cosas. Enseña genial. Bueno, poco a poco. Ya veremos qué es lo que sale. Gracias Ángel.

Por la tarde, después de una siestita ha venido Jon Keltza a casa, ya sabéis, mi sicólogo. Ha estado un buen rato con nosotros. Hoy ha tocado terapia de familia. Que si tú, que si yo, que si vosotros… pero me da que aquí hay mucho bacalao… Bueno, que nos ha dado unas propuestas y tenemos que intentar cumplirlas. Yo me tengo que dormir antes y mi padre se tiene que ir antes a la cama. Así que si hoy la entrada entra más tarde de las dos de la mañana, mi padre no ha cumplido. Ja, Ja,ja.

Después he estado dando clase de piano con mi profesora Olga. ¡Más maja! Hemos estado un buen ratito ensayando. La verdad es que tengo que practicar un poco más, pero a veces la puñetera pierna no me permite estar mucho tiempo sentado sobre el taburete. Y así se me ha pasado la tarde.

Lo dicho, un día completo. Ahora toca la ducha, la cena y leer un poco en la cama. ¡UN POCO!
La única, la inconfundible, la más guapa entre la guapas: LULÚ.
Aquí, Lulita.