Casi tres años tiene esta foto. Fue en el 2006, en septiembre, acababa de recibir mi última sesión de quimio en agosto y todavía me encontraba muy débil. Las doctoras nos dijeron que si queríamos salir algo de vacaciones que procurásemos que fuese cerca, a más o menos una hora de camino, porque la medicación estaba muy reciente y se corrían riesgos de fiebres, bajadas de analítica etc, con lo cual nos tuvimos que conformar con buscar algo por los alrededores de donde vivimos. Fuimos a Matienzo, en Santander, a una casita rural a pasar unos días. Recuerdo que todavía me encontraba flojo y aunque me defendía bien con las muletas la silla de ruedas me era imprescindible. Visitamos Cabarceno, el zoo de Santander, y no me acuerdo que pueblos de la zona.
Pasamos unos días tranquilos y el fin de semana se acercaron Manu, Claudia y Aitor y fue genial. Largos paseos por el campo, mejor dicho por la carretera, pero todo alrededor era campo con ganado. El paisaje era precioso. Jugamos a la petanca, robamos mazorcas de maíz por la noche, pisamos mierda de vaca, comimos cocido maragato…
No me acuerdo bien como acabé lleno de pegatinas, creo recordar que salían en los envoltorios de unos helados, pero me dio por ahí, pegatina que pillaba pegatina que me pegaba y claro acabé hecho un cromo.
El día que volvimos habíamos quedado con mis abuelos, mis tíos y mi prima y con ellos pasamos la tarde. Y aquí sacamos la foto, entre otras.
Me gusta esta foto. En ella parezco mayor, incluso más que ahora. En las gafas, que son de mi tío Jose, se reflejan mis abuelos Benito y Esperanza. Puede parecer una foto cualquiera, sin embargo para mi tiene un significado especial. Era el final de un año de tratamiento y operaciones, de hospital, de encontrarme mal, de aislamiento de mis amigos… de un montón de cosas. Era el final y un nuevo comienzo.
Sin embargo mi enfermedad volvió, mi abuelo se marcho, mi abuela vive con su soledad y mi madre se apuntó a la quimioterapia.
Habrá que seguir sacando fotos ¡qué cojones!
